miércoles, 16 de julio de 2008

EPISODIO 14. EARLY DAY MINERS.


Se trata de una de las bandas de mayor solidez e interés en lo que llevamos de milenio. Situados a medio camino entre la búsqueda de canciones estructuradas de un modo más o menos convencional y la tendencia a dejar que las guitarras hablen por sí solas en vaharadas de deelay y retroalimentación. Lo primero que me hizo seguidor incondicional de Early Day Miners son precisamente sus guitarras. Aquí no hay brutales despliegues de potencia, sino sutilidad, sonidos cristalinos y marañas de guitarras repicando una sobre otra. Contemplativos y atmosféricos, me encanta su morosidad a la hora de desarrollar los temas. De mientras, la voz parece estar susurrándote al oído, como aceptando una posición humilde que la hace ser un elemento subordinado a las atmósferas teñidas de órganos flotantes y sinuosas guitarras.



Asentaron su fórmula con Placer Found y desde ahí crecieron. Let us garlands bring, Sonograph ep, Jefferson at rest, All harms ends here y Offshore son sus logros hasta la fecha, capítulos de un sonido en el que creen y en el que nos hacen creer. Slowcore y detenimiento para degustar cada paisaje sonoro.



Es Jefferson at Rest el momento en que parecen perfilarse como grupo y sonido. Si otras bandas irrumpen con un primer disco impactante y más tarde, de un modo u otro, tratan de regresar a ese inicio, bien por falta de ideas, bien por haberse perdido en el camino, lo de Early Day Miners parece más bien un tanteo; un camino de lo abstracto a lo concreto y un par de lps iniciales necesarios para encontrar la definición. En Jefferson, los paisajes se hacen canciones; la voz rompe su timidez enfermiza y se atreve con los primeros estribillos. Las guitarras ganan capacidad evocadora y empiezan a conseguir un verdadero engarze con los ambientes y los ritmos.
Lo que se me hace más curioso en la evolución de la banda es que hayan necesitado todo este tiempo para llegar a su última entrega y que sea en ésta donde lo dicho alcanza su grado máximo. Offshore son un puñado de canciones concebidas como una sola y todos los ingredientes de la casa ejecutados en plenitud. Siendo excelentes sus cuatro lps previos, basta escuchar los tres primeros cortes de Offshore (enlazados como una sola canción), para caer en la cuenta de que algo ha pasado en el camino. Las guitarras intrincadas ganan toneladas de expresividad, la batería ha adquirido un pulso nuevo. Hay mayor oscuridad y ensoñación y fuerza y misterio. "Sans Revival", tercer corte, aúna todos sus aciertos y es su cumbre hasta la fecha. Sonidos para que el mundo exterior, circule a la velocidad a la que circule, no resulte nefasto.



No hay comentarios: