jueves, 17 de julio de 2008

EPISODIO 20. AFGHAN WHIGS.


Afghan Whigs eran el lado soul de los sonidos enfangados que empezaron a salir de los amplificadores de medio mundo desde principios de los noventa, aquella cosa llamada grunge y que los medios localizaron (como si de la irrupción de un brote vírico se tratase) en el estado norteamericano de Seattle.


Para mí fue escuchar el comienzo de Miles iz dead y rendirme. Eran el melodrama del grunge y firmaron alguno de los mejores discos de la década. Decadentes y emocionantes.
Me sigue conmocionando ver al pollito del video clip y la fiereza de la voz y las guitarras sigue sonando verdadera.
Los alumnos aventajados del grunge llevaban ritmo negro en las venas. Unido a las letras torturadas de Greg Dulli, el resultado son lps como Gentlemen, Black Love, Congregation o 1965, simplemente atemporales, como quietos en el espacio en el que se quedan las grabaciones realmente esenciales.
La urgencia y visceralidad en la voz de Dulli puede convertirse de pronto en confesión y susurro. Luego regresa a la desesperación, a gritarle al desamor, a mostarle los dientes a la negrura.



Entre tanta pose, superficialidad y ausencia de contenidos, Afghan Whigs no dieron más que razones para seguir creyendo en la capacidad de la música de mantenernos vivos. Devoción. Credibilidad.



Impagable discografía la de los Afghan Whigs. Tras la disolución, Dulli formó The Twilight Singers, con quienes ya ha ofrecido tres lps. La senda es la misma. Profundiza en las líneas generales, en sonido, intenciones, formas y fondo, que dejaron diseñadas Afghan Whigs. Toda la fiereza desesperada de su voz se conserva intacta en la colaboración con Mark Lanegan, The Gutter Twins.




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