miércoles, 16 de julio de 2008

EPISODIO 19. SIX BY SEVEN.




Una de las contadísimas bandas británicas que desde los noventa hasta hoy ha mantenido una postura combativa y no acomodaticia. Las enseñanzas de Jesus and Mary Chain, ruidismo y melodía, enfado constante, guitarras para ambientar el mundo y salvarse de él. Si estamos de acuerdo en que no son tiempos de festividades si no es bajo el prisma de la absoluta estúpida frivolidad, Six by seven bien podrían ser la banda sonora de esta película.
Carrera con altibajos y frecuentes cambios de formación. Chris Olley terminó encerrándose en la habitación y sustituyendo a toda la banda por un programa de ordenador que le hiciese bajos, baterías y ambientaciones para poder seguir virtiendo la misma bilis. Increíblemente salvó los muebles y mantuvo gran parte de la calidad y toda la garra. Con más oscuridad y mala leche, claro. Desde entonces sus lanzamientos son incontenibles y cada pocos meses tiene una hornada nueva de temas.
Una de las marcas de la casa son esos temas abigarrados y densos en los que Six by seven persiguen y capturan tensión. La alimentan y se alimentan de ella. Juegan con ella como si fuese una pelota.













Una especie en extinción en el rock británico, demasiado dado a los bombazos de última hora y a sacar un nuevo mejor grupo del siglo cada cuarto de hora. En lugar de eso, Six by seven representan la fidelidad a un sonido y la búsqueda de sus límites. Una honestidad garrula y perseverante que hace de sus discos una delicia descarnada. Poseen tambíen un raro lado comatoso y febril con canciones llevadas por una guitarra acústica entre ambientes malsanos. Parecen arrastrarse entre una especie de belleza enfermiza en canciones como July, august and winter (el siguiente enlace corresponde a su video). Me desarman tanto en estos momentos como cuando crean y vacilan con la tensión y el nervio rockero.





Creadores de canciones redondas y lps memorables, The closer I get, The way I feel today (ambos con procesos de grabación simplemente opuestos: el primero con un intenso trabajo de estudio, el segundo sin un solo overdub, a pelo, según va), O4, Left luggage at Peverill Hotel... Toda su discografía merece una y muchas escuchas. Drone pop, rock con vísceras, florituras las justas. En directo desplegaban una energía sinceramente demoledora. El último lanzamiento hasta la fecha es Any colour as long as it..s black, precisamente el mejor modo de acercarse a conocer su sonido. Recopila algunos de sus mejores temas, más un dvd con nueve clips y un corto film. Ojalá no sea su epitafio.







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